jueves, 30 de abril de 2009
GASTRONOMÍA
La cocina Santandereana merece su reputación por ser una de las más elaboradas del país. El plato tradicional de Santander es el mute, sopa de maíz blanco aderezado con otros granos.
La pepitoria preparada con las vísceras y la sangre del cabro o camuro, en diferentes preparaciones, y la carne oreada son otras especialidades de la región, junto con la sopa de pichón y las famosas hormigas culonas, que son las hormigas de abdomen abultado, que los lugareños tuestan al fuego, y las que le atribuyen poderes afrodisíacos. Se destacan así mismo, los dulces elaborados de apio, limón, cidra, arroz y piña; amén del celebre bocadillo veleño de fama internacional.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario